Otoño generoso. Entrada 3.

Había prometido hacer un resumen de lo que va de Otoño en mi anterior entrada, y, sin más preámbulos, a ello procedo.

Desde finales de Septiembre, como bien sabréis, hemos venido disfrutando de un tiempo magnífico, impropio de esta estación en estas latitudes, y eso ha revertido en el número de salidas a la mar, que, por lo general, se ha mantenido accesible y sin grandes marejadas hasta el día de hoy. El otro hecho significativo ha sido el descubrimiento de nuevos sitios de pesca, que en general puedo calificar de satisfactorios, no sólo en cuanto a la cantidad de presas si no también en lo referente al paisaje y las sensaciones vividas.

El primer sitio, es el llamado Xorexo, aproximadamente a dos kilómetros de Porto do Son, dirección Muros. Sobra decir que este lugar sólo es accesible en embarcación, con lo cuál, y gracias a la inestimable colaboración tanto de mi tio Manolo, como de Rocco y Santi, lo he podido descubrir. El Xorexo, son unos bajos que van desde los tres metros hasta los dieciocho más o menos, rodeados de fondo arenoso de mayor profundidad. Allí se encuentra el pecio del barco de vapor inglés Horatio, que naufragó en 1904, y que no he podido localizar. Sin embargo, pude constatar que la zona es propicia para la pesca de Pintos y Maragotas sobretodo, y algún Sargo despistado. Es necesario, eso sí, que el agua esté clara.

La segunda zona de pesca, la costa de Basoñas - Seráns, concretamente la Punta Caraixíñas, sí que ha sido un descubrimiento magnífico, el cuál pude compartir con mi ocasional compañero de pesca José Manuel Romero, Jose Toro (véase la simpática foto). El primer día, no fué demasiado productivo, el mar estaba un poquitín movido, y entre que obramos con cautela y que mi compañero perdió la varilla de su fusil, el resultado fué que pescamos muy poco, aunque logré abatir un Congrio de unos siete kilos más o menos, con el que nos topamos cuando estabamos saliendo del agua, a menos de dos metros de profundidad. La segunda salida mejoramos, y aunque continuamos reconociendo la zona dando una vuelta a la Punta Caraixíñas, pude lograr una buena percha de Sargos detrás de dicha piedra, en una cueva en la que se habían refugiado, con doblete incluído. También cayeron algunos Pintos y Maragotas de buen tamaño, además de algún Ballesta (o como se le conoce aquí Peixe Porco). De vuelta a tierra, por el otro lado de la roca pude coger un pulpo de un par de kilos mientras mi compañero se adelantaba. Cuando salgo veo a mi compañero con cara de alucinado diciendo: -¡No me lo puedo creer!- Había encontrado la varilla que había perdido 15 días antes, casi en la orilla, a donde la había arrastrado la corriente. Una casualidad increíble.

Las siguientes salidas, tres sólo y una acompañado, fueron muy interesantes. Sargos, Pintos, Maragotas, Panchas, Pulpos, Ballestas y alguna Faneca y algún Curubelo (Abadejo inferior a kilo y medio) completaron las jornadas de pesca de las cuáles la mejor fué la última, ya en este mes de Noviembre. En ella, en la que probé cotas de hasta -15 metros logré capturar una Lubina de casi dos kilos en una cueva abierta. Desde la superficie me había parecido ver la silueta de una pequeña Lubina y en la segunda bajada a dicha cueva tras una breve espera semiescondido, aparece dirigiéndose a mi a gran velocidad, se frena a dos metros y... ¡pam!..., me había parecido pequeña desde la distancia pero no lo era. Cuando la estaba subiendo casi me reía solo. No es el primero ni el más grande, pero hacía tanto tiempo que no pescaba un buen Róbalo, debido a su actual escasez, que me alegré bastante. Por cierto, ese mismo día se me escapó el Sargo más grande que ví jamás, entre tres y cuatro kilos tendría la criatura.

A esas buenas jornadas en Basoñas - Seráns, le siguió Caamaño (con Jose) y Caaveiro y Aguierira sólo. No fueron, estas jornadas, productivas, más bien sirvieron para recordar esas zonas que no se caracterízan por la abundancia ni la variedad de peces. A pesar de ello, en Caaveiro pesqué, además de lo habitual, la segunda y la tercera lubina de esta temporada, ambas de 1 kilo.

Esto ha sido todo, como había prometido un resumen más o menos amplio, me he extendido, pero, los apasionados de la pesca submarina, el tiempo empleado en leerlo, no lo considerarán perdido. Las próximas entradas serán más breves y concisas.