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martes, 28 de junio de 2011

Pesca con la Bajamar. Entrada 48.

El pasado sábado 25 decidí ir a pescar. Tenía sólo un par de horas para ello por la tarde y por eso decidí ir a un sitio cercano. Entré en el agua en plena bajamar a las 17:30 horas más o menos y salí a las 19:00.
El mar estaba en calma casi total y la visibilidad era buena, asi que pasando por alto las zonas archiconocidas y los bajos y piedras mil veces revisados me propuse aprovechar la bajamar para intentar pescar en zonas profundas en dónde nunca había provado antes. Descubrí unos petones con una apariencia perfecta para esconder grandes piezas y así fué. A unos 15 metros de profundidad hize, en una bajada profunda, la pesca de este Pinto que pesó 2,4 kilos y que se acababa de comer una nécora que luego se sacó de su estómago. No tuvo dificultad alguna más que la de haber llegado a esa profundidad sin apenas entrenamiento. No lo ví desde la superficie, si no cuando ya llegaba al fondo y lejos de asustarse, coger distancia o, al menos mostrarse algo cauteloso, el gran pez permaneció tranquilo, casi inmóvil y observándome sin temor alguno a poco más de dos metros y medio. Un tiro imposible de fallar.

Pienso que casi es más fácil pescar a esa profundidad que a menos, pues los peces son menos cautelosos, el caso es llegar a esa profundidad con garantías.

Continué pescando en esa zona y cayeron además un par de maragotas, una pancha, un sargo de un kilo y un pez ballesta de kilo y medio. Salí del agua corriendo por que tenía que asistir en Noia a un evento. Una horita y media, bien aprovechada.

Un saludo.

Jose Santos.

martes, 21 de junio de 2011

Un millón de ciclistas. Entrada 47.

Si pulsáis en el título de la entrada os enlaza a la web de un proyecto interesante y serio para fomentar el uso de la bicicleta.Un saludo. Jose Santos.

lunes, 6 de junio de 2011

¡Agachade as fillas, que vimos nós!. Entrada 46.

Ayer volví a pescar en solitario. Repetí en la zona de Caamaño (Porto do Son) pero esta vez en la zona de "la isla". El Nordés era bastante fuerte y tuve que quedarme en la zona más profunda, que allí, curiosamente está más próxima a tierra. En esa zona hacia algo de abrigo y el mar estaba menos picado y con menos corriente. Estuve un buen rato revisando los canales y eligiendo las piezas de mejor tamaño. El agua turbia no me dejaba ver con claridad hasta estar a dos metros del fondo. Esta pesca "a ciegas" no es la que más me gusta pero aquí en Galicia hay que saber pescar así. Consiste en ir "picando" y haciendo "esperas" en diferentes puntos sin haber visto el fondo. Al final siempre pescas algo, pero no es la situación ideal. Total: 5 maragotas, 1 pinto y 1 Sargo que estaba encuevado. Pesca muy normalita, pero esto es lo de menos, el caso es ir cogiendo el hábito de nuevo y estas salidas siempre enseñan algo. En esta ocasión lo que aprendí fue lo siguiente: el neopreno pierde flexibilidad con el paso de los años y puede acabar rompiendo como le pasó a mi traje cuando me lo estaba sacando. ¡Crassshh! Y hasta aquí la aventura submarina que en esta ocasión fue "light" comparada con la aventura ciclista del día anterior. Salimos el Sábado a las 9:30, cinco jinetes con ganas de marcha, Roxe, Ramón, Santi, Roberto y yo. Esa noche, después del partido España - USA emitían "Rambo: Acorralado", pero nosotros ya no quisimos esperar a esa noche para meternos en su pellejo y así, sin demora, los cinco valientes subimos hacia San Xusto por el margen izquierdo del río, y no tardamos ni 15 minutos en perdernos entre la maleza selvática y dejar nuestras piernas "tatuadas" de rojo por las silvas. Volvimos a la "senda" y, tras cruzar en Lesende al margen derecho, llegamos tras ligero ascenso a la Iglesia de San Xusto de Toxosoutos, precioso paraje. Cruzamos la carretera antigua y la autovía y nos dirigimos al Tambre. En una trialera bajando casi me la pego, fue un aviso. Vuelvo a subir y perdía continuamente el control. Pinchazo, paramos y reparamos. Continuamos y lo hicimos metiéndonos en otra jungla de hierba tan alta como nosotros. Pedalear ahí tiene su ciencia. La finca quedó con nuestra huella pero creo que estaba "a monte". De todas formas, Ramón, le dejó 5 euros de indemnización, je, je (le cayeron cuando sacó la cámara del bolsillo para filmar). Llegamos a la central del Tambre y recorrimos un sendero precioso por su orilla tras cruzar el puente colgante, hasta que ya no pudimos seguir. Allí paramos un momento y no me pude resistir a mojarme en el río, pero casi lo hago por completo porque resbalé y caí de culo. Hubo risas varias. Tuvieron que rescatarme con una rama, je, je. Volvimos a la senda y decidimos subir hasta la "Pedra Serpal". Ascenso corto pero intenso, con el Sol pegándonos de lleno. Las vistas desde allí, como podéis ver en las fotos, son espectaculares. En el descenso, los dejo ir delante, pero me confío, cojo velocidad y de repente meto la rueda en un surco y catacrack!... la bici hacia delante y yo por el aire. Acabé aterrizando con la nalga derecha y frenando en la grava con el antebrazo derecho. Ay, ay, ay. Me levanto escocido y con el pantalón desgarrado y continúo, llego a ellos y disimulo como hacen los machotes, je, je.. - Ná, una caidíta de ná. Y les muestro el brazo mientras me guardo lo de la "cacha" por si acaso, que estos son muy vacilones, je, je. Luego y tras llegar a Cuns, continuamos por unos senderos ya conocidos que nos llevaron hasta Pontenafonso (con otro susto más incluido, y es que creo que estas pastillas no frenan bien y los neumáticos no agarran en las bajadas) y de allí a Noia. Ducha fría y como me dijeron los Rambos: ¡Lambe as feridas para o Miércoles! Y es que soy masoca, el miércoles vuelvo a cruzar montes y aldeas al grito guerrero de - ¡Ajachade as fillas, que vimos nós!. Pero así es el deporte, ya me tocaba porque hacía mucho tiempo que no me metía una buena "leche".



Jose Santos.